Síntomas, diagnóstico y tratamiento de la osteocondrosis cervical de 1er grado.

La osteocondrosis de la columna cervical, grado 1, es la etapa inicial de cambios degenerativos y destructivos irreversibles en los discos intervertebrales cartilaginosos y los cuerpos óseos de las vértebras. Rara vez es posible diagnosticar la patología en una etapa temprana de desarrollo, ya que la osteocondrosis cervical puede no manifestarse clínicamente. Incluso en las imágenes radiográficas, a menudo no hay signos característicos de daño a las estructuras cartilaginosas.

Osteocondrosis cervical en radiografía

Características de la osteocondrosis cervical de primer grado.

La osteocondrosis de la columna cervical de primer grado a menudo se detecta por casualidad, al diagnosticar otras patologías, incluso no relacionadas con el sistema musculoesquelético. Pero a veces el propio paciente acude al médico, alarmado por el deterioro de su salud general. De hecho, a pesar de la ausencia de síntomas pronunciados de osteocondrosis, los discos intervertebrales ya han sufrido cambios degenerativos:

  • los tejidos cartilaginosos se han vuelto más densos y expandidos;
  • Aparecieron grietas radiales en los anillos fibrosos.

La pérdida de firmeza y elasticidad de los discos intervertebrales ha empeorado sus propiedades amortiguadoras. Debido a su incapacidad para mitigar completamente la carga sobre las vértebras, todavía se produce una leve inestabilidad de la columna cervical. Pero incluso un ligero desplazamiento de las estructuras cartilaginosas o óseas se convierte en un requisito previo para una progresión más rápida de la osteocondrosis.

Cuadro clínico

Con la osteocondrosis de primer grado de la columna cervical, los signos característicos de esta patología pueden estar ausentes. Una persona explica el malestar que surge de vez en cuando debido al cansancio después de la actividad física o la distensión muscular debido a que el cuerpo permanece en una posición durante mucho tiempo. Poco a poco, aumenta la intensidad del dolor en la nuca.

Las sensaciones dolorosas periódicas, dolorosas y aún leves surgen por primera vez después de levantar objetos pesados o de hipotermia. No tienen una localización clara y a menudo se irradian a los hombros y la parte superior de la espalda. Se desarrolla el síndrome de dolor de hombro, que se convierte en el primer signo específico de osteocondrosis cervical. En la etapa inicial de desarrollo, la patología puede manifestarse clínicamente de la siguiente manera:

  • Movilidad limitada en el cuello. Al inclinar o girar la cabeza, se siente rigidez de movimientos, que no está acompañada de dolor;
  • La sensibilidad de las partes del cuerpo inervadas por los plexos nerviosos comunes a la región cervical comienza a disminuir. La tactilidad de los hombros y antebrazos disminuye, con menos frecuencia, las manos;
  • Entumecimiento de las extremidades superiores con osteocondrosis cervical.
  • el paciente siente una disminución en la fuerza de los músculos de los brazos;
  • Los dolores de cabeza y los mareos se vuelven más frecuentes y la agudeza visual disminuye por un corto tiempo.
  • Los dolores de cabeza y los mareos son signos comunes de osteocondrosis cervical.

La osteocondrosis cervical de primer grado puede estar indicada por ataques de dolor agudo, punzante y punzante. Suelen ocurrir cuando la cabeza gira repentinamente. Así se manifiesta el aumento del tono de los músculos del cuello. Sus espasmos son una reacción compensatoria del cuerpo a la inestabilidad de los segmentos espinales.

La osteocondrosis se caracteriza por alternar recaídas con etapas de remisión. Durante las exacerbaciones, se siente constantemente molestias en el cuello. El cuadro clínico contiene simultáneamente signos vasculares, neurológicos y estáticos. Durante la etapa de remisión, la enfermedad es prácticamente asintomática.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza en base a las quejas del paciente y una serie de pruebas para determinar la movilidad de los segmentos cervicales. Una pista es un historial de lesiones previas o patologías sistémicas del sistema musculoesquelético (gota, reumatoide, artritis reactiva).

El procedimiento de diagnóstico más informativo es la radiografía. Las patologías de 1er grado corresponden a la 1ª o 2ª etapa radiológica. Las imágenes resultantes visualizan signos típicos de la enfermedad.

Etapas radiológicas de la osteocondrosis cervical de primer grado. Signos característicos
Etapa 1 Cambios menores en la curvatura de la columna en la región cervical, que afectan a uno o más segmentos.
Etapa 2 Ligero engrosamiento de los discos intervertebrales, deformación de las apófisis uncinadas, enderezamiento de la lordosis, crecimientos menores de las estructuras óseas.
Manifestaciones de osteocondrosis de la columna cervical en radiografía.

A veces se requiere una resonancia magnética para aclarar el diagnóstico. Con su ayuda, se puede detectar un proceso inflamatorio lento y aséptico y cambios degenerativos y destructivos en los discos intervertebrales.

Terapia

El tratamiento de la osteocondrosis cervical de primer grado es a largo plazo. En la etapa inicial de desarrollo, la patología responde bien a la terapia conservadora. A los pacientes se les recetan medicamentos y se recomiendan procedimientos de fisioterapia y masajes.

Masaje de la zona del collarín cervical para la osteocondrosis cervical.

Todos los métodos de tratamiento tienen como objetivo mejorar la circulación sanguínea en la columna cervical. Esto permite evitar el deterioro del trofismo de los discos intervertebrales, la principal causa del desarrollo de la osteocondrosis. Y eliminar la deficiencia de nutrientes y oxígeno estimula la regeneración parcial del tejido cartilaginoso.

Medicamentos farmacologicos

Clínicamente, la osteocondrosis de primer grado se manifiesta por un dolor leve, cuya eliminación no requiere el uso de medicamentos en forma de tabletas o soluciones para administración parenteral. Se recomienda a los pacientes, si es necesario, frotar ungüentos, geles o cremas en la nuca:

  • medicamentos antiinflamatorios no esteroides;
  • Agentes locales irritantes, que distraen y calientan.

En este caso, es incluso mejor no utilizar medicamentos, sino aditivos biológicamente activos para uso externo con alcanfor, alcohol fórmico, extracto de pimiento rojo y veneno de abeja.

Los vertebrólogos incluyen condroprotectores sistémicos en los regímenes terapéuticos. Las soluciones inyectables se utilizan durante varios días. Y luego el efecto terapéutico se consolida tomando pastillas. La duración del curso de tratamiento es de varios meses a 2 años.

Tratamiento no farmacológico

Para tratar la osteocondrosis de primer grado, se utilizan métodos fisioterapéuticos que utilizan varios factores físicos: corrientes de baja frecuencia, campos magnéticos, láser, ultrasonido. Los procedimientos ayudan a aliviar el dolor, aliviar la inflamación aséptica y eliminar el tono aumentado de los músculos del cuello.

Tratamiento con láser de la osteocondrosis de la columna cervical.

Los neurólogos y vertebrólogos recomiendan que los pacientes visiten regularmente la sala de masajes. Gracias al efecto mecánico dosificado sobre las vértebras, los músculos con espasmos se relajan, mejoran la circulación sanguínea y la microcirculación y se fortalece la inmunidad local. Los siguientes tipos de masajes se utilizan en el tratamiento de la osteocondrosis cervical:

  • clásico;
  • punto;
  • vacío.

La terapia manual con un método de influencia seleccionado individualmente le permite aumentar la gama de movimientos en la columna cervical y eliminar los primeros signos de cambios en la lordosis.

Técnicas manuales para el tratamiento de la osteocondrosis cervical.

Para restaurar la forma anatómicamente correcta de la columna o aumentar la distancia entre las vértebras, se utiliza tracción (tracción seca o bajo el agua de la columna).

Tracción espinal submarina para la osteocondrosis cervical

La terapia de ejercicio regular puede reemplazar la toma de medicamentos, masajes y fisioterapia. Al realizar una terapia de ejercicios, mejora la circulación sanguínea, se fortalecen los músculos del cuello que estabilizan las vértebras y se normaliza el trofismo de los tejidos. El entrenamiento diario es una excelente prevención del dolor y la rigidez de movimiento.

Las primeras clases de fisioterapia (kinesiterapia) se llevan a cabo bajo la guía de un fisioterapeuta. Muestra cómo realizar ejercicios, dosificando la carga sobre los discos y las vértebras para evitar la compresión de las raíces espinales. Al cabo de unos días, el paciente puede practicar de forma independiente en casa.

El valor de la detección oportuna de la enfermedad radica en el pronóstico favorable para una recuperación completa. Cuanto antes se lleve a cabo la terapia, mayor será la probabilidad de una restauración completa de la actividad funcional de la columna vertebral.